Operación Grifo - Capítulo 1
CAPÍTULO 1
OBTENIENDO LA INFORMACIÓN
Dramatis
personae.–
Unidad
Especial Bravo:
Teniente Nico Da Silva.
Sargento Osakaru “Kain” Kainryū
Especialista
Alice Wolfson.
Especialista
Enrico Abad.
Banda de Joe Kalashnikov:
Giorgio
Langio “el Italiano”
Alice mira al vacio. Lo ha
hecho mil veces, pero siempre le sube ese punto de adrenalina antes de saltar.
Sin mirar a Nico, su compañero, levanta el dedo pulgar y comienza el descenso,
corriendo por la fachada de aquel viejo hotel aparentemente abandonado hacía
tiempo.
Cuando sólo faltan unos metros
para alcanzar el suelo, una cabeza asoma por la ventana que da al patio. Sin
pensarlo un segundo, desenfunda la pistola y dispara. El mercenario cae
fulminado al instante.
Pero como siempre, donde hay
uno, hay dos. Desciende un poco más, gira sobre sí misma, se posiciona bocabajo
y, casi sin apuntar, dispara a un segundo mercenario que ya se acerca, alertado
por la extraña posición en la que se encuentra su compañero, con medio cuerpo
colgando por la ventana.
Una vez en el suelo, y tras
asegurarse que no hay ningún enemigo más por la zona, indica a su compañero que
baje, al tiempo que comunica al segundo binomio que se encuentran en posición.
Kain
se esconde agazapado en una
esquina, junto a un edifico en apariencia abandonado, acompañado por uno de sus
compañeros de la Unidad.
Mira el viejo edificio,
pensando que se encuentra demasiado silencioso, demasiado poco vigilado, para
que dentro esté lo que se supone que deben encontrar.
Inteligencia les ha confirmado
que ahí se esconde Giorgio Langio, apodado “el Italiano”, uno de los cabecillas de la organización de “Joe Kalashnikov”, así como gran
cantidad de armas con las que trafican. Kain lleva muchos años en las fuerzas especiales. Ha
estado en multitud de misiones y en ninguna ha fallado el Servicio de
Inteligencia. Sólo esperaba que ésta no fuese la primera vez.
Enrico, su compañero, le da un
toque en el hombro. Se levanta de forma automática y avanzan hacia
la entrada.
En
el mismo momento en que atraviesan el portal de la finca, un individuo con un
subfusil colgando al hombro se les cruza, encendiendo un cigarrillo. No tiene
tiempo de reaccionar. Enrico le dispara en la cabeza, eliminándolo de forma
rápida y sigilosa.
Kain
oye como su compañero murmura “il fumo
uccide”, mientras pasan por encima del cadáver del mercenario.
Llegan
al portal que Inteligencia les ha marcado, justo al tiempo que oyen por el
auricular de la radio la voz de otro de sus compañeros: “Binomio 1 en posición”.
Alice
y Nico, arrodillados y preparados en el patio de la casa, oyen una detonación.
El Binomio 2 ha accedido a la vivienda. Comienza la acción.
Entran
en la primera habitación de aquella destartalada edificación, avanzando de
forma rápida, vigilando todos los ángulos.
Lo
primero que les llama la atención es la cantidad de agujeros que hay en las
paredes. El lugar parece un hormiguero gigante.
Nada
más salir de la habitación, Nico ve como un mercenario corre por el pasillo en
dirección a la puerta de entrada, en dirección al ruido, en dirección a la
trampa.
Lo
elimina sin contemplaciones. Un tiro en la cabeza. Uno menos del que
preocuparse.
Avanzan
sin detenerse, adentrándose en otra habitación, donde hay dos personas más.
Eliminan
a uno de ellos y apuntan su arma hacia el segundo, al tiempo que sus dos
compañeros entran en la sala atravesando una agujereada pared.
Kain
apunta con la escopeta a la cerradura de la puerta. Se ve tan débil que
posiblemente podría derribarla de una patada. Pero ese no es su objetivo. Quiere
que los ocupantes de la vivienda los oigan. Quiere que vayan hacia ellos.
Dispara
y la cerradura desaparece. Le da una fuerte patada a la puerta y Enrico se le
adelanta, subfusil en mano. Al adentrarse, aparece delante de ellos un
mercenario con una pistola, que cae al instante de un tiro en el pecho.
Atravesando un agujero en la pared, entran en
una nueva habitación prácticamente al mismo tiempo que sus dos compañeros,
viendo como cae otro de los mercenarios a manos de Alice.
Los cuatro apuntan al único
superviviente de la banda, que levantando las manos tira al suelo su arma. Kain
mira a sus compañeros y ve como el Teniente asiente, confirmándole lo que ya
sabe: ese individuo es Giorgio el Italiano, su objetivo. Se adelanta y, con la
culata de la escopeta, golpea la cara del traficante de armas, dejándolo
inconsciente.
Giorgio despierta, sintiendo que es
arrastrado de los brazos. Nota que sus muñecas están atadas. Cuando comienza a
recuperar la consciencia llegan a una oscura habitación, donde los cuatro
enmascarados lo sientan en una silla.
Deduce que son militares. Visten con
uniforme de colores áridos y chalecos tácticos, aunque no llevan ningún distintivo
que los identifique. Sacude la cabeza, parpadea un par de veces y levanta la
mirada. En ese momento, uno de los militares le golpea fuertemente en la
mandíbula. Justo antes de desmayarse, piensa que ese día se le va a hacer muy
largo.
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