Wildlands - Çöl Tilkisi 2
Çöl
Tilkisi 2
Cuando
Serik Bramon se licenció en la Facultad de Química de la Universidad de Abai,
no pensó que terminaría creando drogas sintéticas para un grupo de
narcotraficantes.
Pero
ahí estaba. Fabricando fenetilina para los Çöl Tilkisi. Al principio empezó por
obligación, ya que le amenazaron de muerte, pero poco a poco, gracias a su
talento, la obligación pasó a ser rutina y, de ahí, a un trabajo bien
remunerado.
Después
de todo, trabaja en lo que quiere, puesto que le dejan experimentar con las
sustancias. Mientras el resultado final sea físicamente igual que el conocido
captagon, a los Çöl Tilkisi les da igual los efectos nocivos que pueda tener.
Está
sentado frente a Arman, tratando el tema de un envío, cuando entra en el
despacho el hermano pequeño de éste, dando un portazo y sentándose sobre la
mesa.
Son
como el día y la noche. En lo único que se parecen es en la altura y en el
color negro de su pelo. Por lo demás, mientras Arman es fornido y de apariencia
noble, Temir es delgado y fibroso, siempre lleva la barba sin arreglar y sus
ojos desprenden ira en todo momento.
-
Estamos trabajando, Temir –dice Arman, suspirando.
-
Ya. Y yo –responde secamente.
Hay
un breve instante de silencio en la sala que a Serik se le hace eterno.
-
¿Puedo ayudarte en algo, hermano?
-
Verás –comenta Temir, dando vueltas en su mano a un bolígrafo que acaba de
coger de la mesa-. Nuestro amigo Alexey nos ha enviado varios paquetes.
Arman
se queda mirando, esperando que le de alguna explicación más, mientras Temir
sigue jugueteando con el bolígrafo.
-
¿Y...? –pregunta finalmente, con tono irritado.
-
Dentro de ellos están los trozos de unos de nuestros guardias… descuartizado.
-
¡¿Qué?! –grita Arman, poniéndose en pie-. ¡¿De quién se trata?!
-
Según me comentan, es un tal Viktor Balan.
-
¿El georgiano? Desapareció hace dos días, mientras cumplía un encargo en el
pueblo.
-
Sí, ese. Y había un mensaje.
-
¿Qué mensaje? –pregunta Arman, colérico ante la desidia de su hermano.
-
“Ne igra' s D'yavol”. Se lo han
rajado en la espalda.
-
“No juegues con el Diablo” –traduce a su idioma Arman-. ¿A qué coño vendrá
esto? ¿Has preguntado si alguien vio algo?
-
Por lo que se ve en las cámaras, trajeron las cajas en un furgón y las dejaron
ahí, esperando que las encontrásemos.
-
Tendré que llamar al señor D´yavol, a ver el motivo de esto –dice, negando con
la cabeza-. Ahora, Temir, ya que estás aquí, toma asiento. Hay un tema del que
debemos tratar. Parece ser que un grupo de mercenarios quiere hacer negocios
con nosotros. Se hacen llamar Desterrados.
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