Wildlands - Desterrados 1

 

Dramatis personae.–

 

Grupo mercenario “Desterrados”:

Farrapo, Jefe de Grupo.

Ronin.

Kazak.

Nómada.

Runaway.

 

 

 

 

Desterrados 1 

 

 

       En una oscura habitación, levemente iluminada por una lámpara en el techo, cinco personas se reúnen alrededor de una mesa. Sobre ella hay cinco carpetas de color blanco con un rótulo rojo que dice: “Desterrados”.

            El hombre que está en el centro mira al resto, examinado sus caras. Todos son antiguos compañeros, pero sus pasados van a desaparecer en el mismo momento en que abran esas carpetas.

            - Ahí dentro –comienza diciendo-, están vuestras nuevas identidades. Nadie debe saber quiénes éramos antes de formar este nuevo grupo. Cada uno de vosotros tiene un nuevo nombre en clave, el cual deberá utilizar como si fuera el propio. Abrir las carpetas.

            Todos lo hacen, observando en el interior de las mismas una ficha con la foto de cada uno junto a datos filiatorios.

            - A partir de ahora mi nombre es Farrapo, y los vuestros son Ronin, Nómada, Runaway y Kazak –pronuncia los nombres al tiempo que les señala-. Aunque sí sabrán de dónde hemos salido, nadie sabrá quiénes éramos allí. Para todo el mundo seremos los “Desterrados”, un grupo mercenario que acepta encargos que nadie más acepta.  Estudiad vuestros nuevos perfiles y preparaos para partir. Salimos mañana hacia Wildlands a las cuatro en punto de la madrugada.

 

           

            Kazak, sentado en el borde de la cama, observa la máscara que le han asignado. Para ser su nueva cara, es bastante sosa. Está hecha en kevlar y es de color arena, pero sin más matices. Ladea la cabeza de forma pensativa y mira de reojo el reloj que hay sobre la mesita de noche. Marca las doce y media de la madrugada. Si se acuesta ya podrá dormir un par de horas antes de partir, pero entonces tendrá que llevar puesta esa insulsa cara todo el viaje. Además, seguro que sus compañeros hacen lo mismo.

            Se levanta y estira los brazos, asiente con la cabeza y, de forma decidida, se dirige al taller que tiene en el sótano de su casa.

 

 

            A las tres y media ya están preparados para partir. Han cargado todo el equipo en el avión privado que les llevará hasta Astracán, en Rusia. Una vez allí, según el dossier que les dio Farrapo, cogerán un antiguo camión Ural 4323 con el que se dirigirán hasta la zona conocida como Wildlands, que se encuentra en la frontera kazajo-rusa, en plena depresión cáspica.

En la zona rusa se ha instalado un antiguo clan de la mafia, la familia D´yavol, los cuales tienen una plataforma petrolífera en el Mar Cáspio de la que extraen crudo, el cual refinan y venden al mejor postor en el mercado negro. También se dedican al tráfico de armas.

Mientras, en la zona kazajo, hay otro grupo que se hacen llamar Çöl Tilkisi, dirigidos por los hermanos Beleiu, dedicados a la producción y tráfico de fenetilina, comúnmente conocida como “captagon”, la cual venden principalmente a los países árabes.

Aunque el equilibrio de poder entre los dos grupos es bastante inestable, conviven gracias a un acuerdo firmado por los líderes de ambos clanes, en los que se repartieron el terreno ocupado y los impuestos que cobran a los habitantes de los pocos asentamientos que habitan la zona.

Mientras que ambos bandos tienen atemorizada a la escasa población del lugar, ni Rusia ni Kazajistán se deciden a intervenir por estar el territorio en una zona fronteriza y yerma entre ambos países.

 Desde luego, es el lugar ideal para hacer negocios turbios. Los Desterrados lo van a pasar bien allí.

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