Operación Heimdall (trasfondo de MilSim)

 

OPERACIÓN HEIMDALL

 

 

 

Dos días antes de iniciar la Operación…

 

 

José Manuel “Muñeco” Sanz y Alexis “Cuervo” García habían estado en muchas situaciones jodidas durante su extensa y excelsa carrera como agentes de campo de la Agencia Europea de Inteligencia.

Desde la creación de las Unidades Especiales de Intervención trabajaron codo con codo con estos operativos de élite, infiltrándose entre los insurgentes y terroristas más peligrosos del mundo para conseguir información fiable que compartir con su “cuerpo hermano”.

Muñeco y Cuervo llevaban trabajando juntos cuatro años en zonas de Oriente Próximo, desactivando con sus actuaciones células de Al-Qaeda e ISIS, así como otros grupos menos conocidos pero igual de peligrosos para el mundo.

Pero lo que se encontraron en esta misión superaba a todo con creces.

Un nuevo grupo insurgente se ha asentado en un territorio prácticamente despoblado situado en la frontera de Afganistán. Está dirigido por Karin Al Habim, el cual, aunque desconocido para el “gran público”, es bastante famoso entre los Servicios de Inteligencia. Karin se crió en Francia, donde, además de la nacionalidad, consiguió un Doctorado en química. Gracias a sus conocimientos, creó y comercializó una nueva droga de diseño que se hizo muy famosa en los suburbios de París durante la década de los 90.

Al crecer su fortuna decidió ampliar el negocio y empezó a traficar con armas, llegando a convertirse en alguien muy influyente en el mercado negro internacional a comienzos del siglo XXI.

Parece ser que se lucró mucho con la guerra entre los tuaregs y el gobierno de Mali pero, al firmar la paz, sus principales clientes dejaron de comprarle y eso le fastidió el negocio, por lo que aprovechó el tirón de la “Guerra Libertadora” de los tuaregs para azuzar a los radicales y seguir con la venta.

La buena noticia era que, como grupo de reciente creación, no era excesivamente numeroso. La mala… la influencia de Karin ha conseguido que Corea del Norte los esté financiando, por lo que su armamento y preparación es muy superior al que debería tener un “grupo de desarrapados con kalashnikovs”.

Pero esta fue la peor parte de la misión. Recientemente, Muñeco y Cuervo descubrieron que Corea del Norte planeaba derribar el satélite espía Heimdall, utilizado por el Alto Mando de la Agencia Europea de Inteligencia para (no) espiar a sus potenciales enemigos y (no) enviar a sus agentes de campo, para hacerlo caer en el territorio de Al Habim, que su grupo extrajera toda la información posible y fuera enviada al Servicio de Inteligencia Norcoreano.

Parte negativa: Corea del Norte derribó el satélite Heimdall.

Parte positiva: cayó mucho más lejos de lo que esperaban.

Así que Muñeco y Cuervo se desplazaron a la zona de colisión para extraer la información y destruir el satélite. Gracias a la localización GPS no tuvieron problemas para encontrarlo, pero, mientras extraían la información, una avanzadilla de los insurgentes de Al Habim llegaron al lugar y tuvieron que trasladar los restos del satélite mientras la información terminaba de pasarse a varios discos duros.

Consiguieron llenar tres dispositivos antes de ser alcanzados por los insurgentes, debiendo tomar una drástica decisión: Muñeco se quedó con el satélite para extraer lo que quedara de información y destruirlo, mientras Cuervo huiría con los discos duros completados, con el objetivo de que no cayeran en manos enemigas.

La idea era buena.

El resultado, no.

Cuervo cayó en algún punto indeterminado de las montañas. Según se logró averiguar, unos pastores encontraron su cuerpo y lo enterraron.

Muñeco, por su parte, murió defendiendo el satélite, el cual codificó y escondió antes de ser alcanzado por sus perseguidores.

Al Alto Mando sólo le quedaba una opción: enviar a una Unidad Especial de Intervención que se enfrente a los insurgentes y logre recuperar la información antes de que Karin Al Habim se haga con ella…   

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